viernes, 21 de marzo de 2014

UNIPAC - Jonh Dewey

Navarrete Romo Citlalli Alejandra
Reporte 2, Tema: Jonh Dewey
15  de febrero del 2014





Ø  En 1894, John Dewey fue invitado a dirigir la sección de filosofía y psicología en la nueva Universidad de Chicago. La única razón que lo decidió a aceptar, es que la catedra incluía en sus dominios la pedagogía a la par de la filosofía y psicología. El fin esencial de la escuela tradicional era según Dewey, preparar para una vida adulta que era, a su vez una preparación para una vida después de la muerte. Según la mejor teoría de la época, la de Aristóteles, la educación era un desarrollo; era la actualización de las potencialidades latentes en el niño.            Pág. 277
Ø   El desarrollo o la actualización de las capacidades del niño residían sobre todo en el ejercicio de facultades como la memoria, la razón, la voluntad, la imaginación u otras del mismo género. Por consiguiente, las materias del programa se elegían con frecuencia y se ordenaban en función de su valor disciplinario, más que en vista de su relación con las preocupaciones prácticas de la vida. En tales circunstancias el método de instrucción era altamente autoritario. El maestro era el monarca de la clase. Si los alumnos esperaban los decretos del maestro, este esperaba los del director, el director los del superintendente del grupo y este ultimo los de las autoridades municipales y autoridades del estado.          Pág. 278
Ø  El fin de la educación no era “extraerlo” o desarrollarlo de acuerdo con algún modelo distante, sino más bien ayudarlo a resolver los problemas suscitados por los contactos habituales con los ambientes físicos y sociales. Puesto que, para el muchacho, la mayor parte de estos procedían de la casa y la comunicación. Para lograr este objeto, la “escuela de Dewey” partía, como la escuela tradicional, de las capacidades y las tendencias presentes del niño. Pero esto significa que Dewey consideraba la lectura y escritura como puros instrumentos.            Pág. 279
Ø  En la última década del siglo XIX, Dewey llego a pretender que el defecto más grave delos métodos de entonces consistía en el divorcio entre saber y su aplicación. A su juicio ninguna instrucción podía tener éxito separando el saber y el hacer. La importancia dada en la escuela a actividades manuales como la carpintería, la cocina, la costura y el tejido, se debía claramente a su estrecho lazo con la preocupación de procurar alimento, albergue y vestido en el ambiente cotidiano del niño. En ella cada niño tenía su propio trabajo. Aprovechando las ocasiones de dividir el trabajo, se desarrollaba en el niño el sentimiento de una cooperación mutua y el sentimiento de trabajar de un modo positivo por la comunidad. Así el orden y la disciplina se desarrollaban, no a partir de un dictado del maestro, sino a partir de respeto propio del niño.     Pág. 280
Ø  Los factores principales que lo motivan en rasgos generales son tres. Quizás debamos mencionar primeramente la democracia, en segundo lugar la revolución industrial. Observemos nuevamente que antes de que Dewey se ocupara de ello nadie había iniciado la reforma de la filosofía de la educación que dicha revolución reclamaba. Finalmente hay que referirse a la influencia de la ciencia en el pensamiento pedagógico de Dewey. Una parte de dicha influencia se relaciona con el papel de la ciencia como origen de la revolución industrial.      Pág. 281
Ø  Para Dewey la experiencia tiene un doble aspecto. La experiencia, en su conjunto de acciones y de pruebas, es la clave que hace comprender la naturaleza de la realidad. La experiencia comprendía, para él, tanto la prueba como el conocimiento. Además está claro que las dos dimensiones de la experiencia – hacer y experimentar – son igualmente los factores esenciales del método experimental. Para Dewey, la verdad o el valor de una experiencia depende de la relación observada entre lo que se ensaya y su resultado. Sin embargo, como lo vio Dewey, la experiencia bajo su doble aspecto no conduce nunca a verdades y valores absolutos y definitivos.       Pág. 282
Ø  Por una parte, si el niño aprende a anticipar con la imaginación los resultados probables de lo que está haciendo o de lo que va hacer, tendrá, una cierta medida, libertad para elegir y examinar el desarrollo futuro de los acontecimientos. Por otra parte después de su elección, tendrá un medio de apreciar si las circunstancias ambientales van a favorecer o entorpecer el proyecto. En fin, la elección de una meta le sugerirá en qué orden deberá actuar para aprender.  El segundo criterio establecido por Dewey para una meta educativa valida, es que debe ser flexible.     Pág. 283
Ø  Según Dewey los fines impresos desde fuera presentan dos peligros. En primer lugar, imponer fines educativos a otro, es privarle del ejercicio de prensión o inteligencia, guiando lo que hace por la noción de lo que puede experimentar más tarde. En segundo lugar, los fines impuestos desde fuera tienen a ser flexibles. Si los fones educativos se originaran en las actividades reales de la vida, serán tantos y tan variados como la vida misma. Después de todo, como recuerda, la educación – la educación abstracta – no tiene fines; solo personas – padres, maestros y alumnos – tienen fines; y los tienen porque ellos son quienes se encuentran comprometidos en las actividades concretas de la vida, y quienes deben asumir la labor de guiarlas hasta una conclusión.       Pág. 284
Ø  En un universo constante, el desarrollo debe tener un fin dinámico y no estático. Puesto que el desarrollo es crecimiento, Dewey no podía pensar en otro fin que este para niños que estaban creciendo. La experiencia educativa es, pues, una reconstrucción constante de lo que el niño hace, a la luz de las experiencias que sufre.     Pág. 285
Ø  Así, en el caso que deba familiarizarse perfectamente con las producciones culturales del pasado, el maestro ha de concentrar su atención, no en transmitir ese pasado como pasado, sino en ver como el niño lo utiliza como capital de trabajo a fin de explorar el presente y construir el futuro. Dewey deseaba evitar ese error y demostrar que los datos almacenados en esos depósitos no constituyen un conocimiento; son únicamente información. Dewey se lamentaba que uno de los defectos demasiados frecuentes en los programas consiste en que los alumnos solo acumulan informaciones; no las utilizan a fin de convertirlas en conocimiento.          Pág. 286
Ø  Se las aprenden por motivos escolares – recitados, exámenes y promociones – pero no perciben su relación con la vida diaria. Pág.287
Ø  La primera etapa del método del problema empieza con alguna experiencia actual del niño.            Pág. 288
Ø  Sin duda por este motivo Dewey pensaba que las primeras actividades escolares del niño deben originarse en las actividades del hogar y la comunidad. En la segunda etapa hay una interrupción en la continuidad de la actividad actual. La búsqueda de mejor medio de restaurar la continuidad de la experiencia, será más eficaz si el alumno y el maestro se toman en seguida el tiempo necesario para definir, lo mejor posible, en ese punto preciso, la dificultad o el problema. Después de resolver este punto, habrá llegado la hora de abordar la tercera etapa del método del problema. Aquí el niño y el maestro tendrán que recurrir al capital suministrado por la experiencia pasada. Armados con los datos elegidos y procedentes de la experiencia pasada, maestro y alumno están dispuestos para la cuarta etapa, la formación de una hipótesis en vista de restaurar la continuidad interrumpida de la experiencia. Divisándose varias rutas posibles para continuar su marcha, el alumno desarrolla su imaginación las probables consecuencias de cada una. La última etapa, exige que se someta la hipótesis a la prueba de la experiencia.                   Pág. 289
Ø  Conviene señalar especialmente que Dewey ha visto en el esfuerzo un producto del interés y no la energía que el estudiante gasta en ausencia de este. Por lo tanto, no hay oposición entre el interés y el esfuerzo. Al contrario, cuando más interés, mayor es el esfuerzo. Llegados a ese punto la clave del éxito consiste en la elección del problema. Si es posible, debe tratarse siempre de un problema que el propio alumno reconozca y acepte como tal. En realidad, es más que probable que los niños no solo acojan sino que busquen las sugerencias del maestro, si las presenta como consejos de un compañero de estudios y como el Fiat de un dictador         .           Pág. 291
Ø  Para el la educación es esencialmente un proceso social, un proceso de participación de la experiencia. La forma que, según Dewey, posee en mayor grado esos caracteres, es la democracia. Si tiene sus defectos deben curarse no con menos sino con más democracia. La democracia así concebida no es simplemente una forma de régimen político sino, más bien, un modo general de vida en asociación. Su noción se aplica a la familia, a la iglesia, a los negocios tanto como a la política y a la educación.         Pág. 292
Ø  En última instancia, el sentido de la democracia en educación es un sentido moral. Para Dewey, la moral y lo social son una sola cosa.           Pág.293

Conclusión:
Me parece algo interesante la manera en que maneja las cosas esta persona, como es que maneja la práctica de la carpintería, costura, entre otras actividades para que los niños puedan desarrollar esa habilidad de trabajo y así mismo ayudaba y cooperaba para ayudar a la comunidad, y no por órdenes de un superior o el docente, sino porque él sabía hacer las cosas y se sentía motivado. Y así se desarrolla la experiencia, que va adquiriendo la persona conforme va creciendo, aprende a buscar alternativas para un resultado positivo en el futuro, usa su imaginación, su libre elección y comprender que debe tener varias alternativas ya que el futuro es impredecible.
Hay que aprender a tomar el pasado como experiencias, no acumular información sin saber aplicarla y esto es muy cierto, solo memorizamos las cosas por motivos escolares y es algo que me hace recordar la clase pasada del sábado, en la cual el maestro nos preguntó la fecha de la batalla de puebla y no sabíamos, en su debido momento lo sabíamos, pero como no fue un dato importante en nuestra vida, lo desechamos y ya no lo aplicamos; también se me asemeja a lo que decía Pestalozzi, “ El niño adopta un desarrollo natural, que debía aprender de sus propias experiencias”.  

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