Navarrete
Romo Citlalli Alejandra
Reporte
5, Tema: Alexander Sutherland Neill.
21 de
febrero del 2014
Ø Valiéndose
de unas veinte obras y numerosos artículos Neil hizo la relación de las labores
cotidianas de la escuela sin perder jamás la ocasión de suscitar la polémica y
de esbozar continuamente la imagen de un espacio en que el adulto no ha
impuesto su ley, espacio hecho para el juego y donde reina el más perfecto
desorden. De hecho los niños, si lo desean pueden jugar todo el día o realizar
actividades manuales en el taller. La noche se dedica a la danza, teatro, a las
fiestas. Si no temiera a la clausura de la escuela por las autoridades, de
seguro Neill no podría ninguna traba a la sexualidad. Los viernes por la noche
se celebra la asamblea general, durante esta reunión, presidia por un alumno
elegido, los niños exponen sus problemas, los discuten y elaboran leyes, y en
esta asamblea la voz de Neill, como la de los demás adultos, no tiene más peso
que la de cualquier alumno. Este es, según Neill, el secreto del éxito de una
técnica pedagógica aprendida en contacto en Homer Lane. Pág. 2
Ø En
verdad Neill, a diferencia de sus contemporáneos, no plantea en principio los
problemas de la educación en función de las necesidades, sino del derecho.
“cada cual es libre de hacer lo que desee mientras no usurpé la libertad de los
demás”: esta es la filosofía de la libertad que prevalecen Summerhill. Su
interpretación en términos pedagógicos es sencilla: “en materia de salud
psíquica no debemos imponer nada y en materia de aprendizaje, no debemos pedir
nada”. De sus alumnos quiso hacer seres que no se dejaran guiar como rebaño,
seres autónomos, capaces de formase se propia opinión, capaces de afirmarse. Pág. 3
Ø La
libertad propuesta a sus alumnos está destinada nada menos que a hacer de ellos
hombres al servicio del prójimo: “queremos formar a hombres y mujeres que se
unan a la multitud y le ayuden a alcanzar mejores ideales”. Este es el papel
que debe desempeñar la educación: “ayudar al niños a vivir su vida cósmica, a
vivir para los demás, pues todos los hombres son egocéntricos y egoístas”. Neill
sueña con un mundo regido por el amor, un amor que haga nacer por doquier la
armonía, un mundo conforme al mensaje de Cristo, el mensaje original, el que
fue “pervertido” por los evangelistas. Y este mundo llegara cuando el hombre se
detenga a reflexionar sobre sus actos. Summerhill, mas allá de su desorden, fue
un lugar eminentemente mora. Pág.4
Ø Ante todo Neill intento basar su pedagogía
liberada en los aportes del psicoanálisis, precisamente en el momento en que
las ideas de Freud comenzaban a entrar en el mundo de la educación. Extendiendo
los límites de la introspección, el psicoanálisis permite hallar justamente esa
naturaleza verdadera en cada uno de nosotros, lo cual hacer decir a Neill:
“creo firmemente que el descubrimiento de Freud tendrá más influencia en la
evolución de la humanidad que cualquier otro descubrimiento de los diez últimos
siglos. Pág. 5
Ø En
sus argumentaciones, Neill también se apoya en la noción de interés, noción
clave del discurso pedagógico de la época. El interés es el fundamento
psicológico de la educación. El interés del niño es simplemente lo que puede
hacer con su cantidad infinita de energía vital. El interés es la fuerza vital
de la personalidad. En adelante, el trabajo del docente será simple: descubrirá
dónde reside el interés y ayudara a que se agote. Pág. 6
Ø Porque
Neill no duda de que a través de interés sucesivos el niño se encamina hacia el
bien. El niño aprenderá sin que se le pida que aprenda, puesto que su
naturaleza lo impulsa hacia ello; tal será el principio del estudio libre.
Sabemos también que para que el niño desarrolle un yo sólido, necesita hallar
personas capaces a la vez de firmeza y de amor, y que permitan el juego sutil
del amor y de la agresividad gracias al cual se construye ese yo. No comprende
que Suummerhill es un éxito no porque la escuela se aun lugar ideal para educar
niños, sino porque es una extensión de su propia personalidad. En lo relativo a
ese pinto, Neil aprovecho las lecciones de la experiencia. En los momentos en
que más aplico la teoría del agotamiento y del llamamiento a la regresión,
afronto la agresividad y aprendió a escuchar la demanda del niño en toda su
ambigüedad; aprendió a responder. Pág.
7
Ø Más
aún en lo cotidiano y el azar de un encuentro, una palabra, una frase puede
ayudar al niño. Neill puede proponer un marco mínimo. Por supuesto se fijan
prohibiciones y el niño se enfrenta directamente con un conjunto de reglas,
muchas de las cuales, por otra parte, dependen de la decisión del grupo. Ese
fue el triunfo de Neill, en cambio, el estudio libre fue un fracaso. En
realidad no se interesó nunca en la didáctica. Los métodos se dejaron a la
iniciativa de los profesores y trato sobre todo de métodos tradicionales. Pág. 8
Ø A su
manera y en cierta medida a pesar de él, Neill rehabilito el educador, ese actor
controvertido del escenario escolar que nuestra época de exagerado
individualismo borro de los tratos de educación, como si fuera necesario
demostrar una vez más que el éxito pedagógico depende en primer lugar de la
influencia personal del maestro, de su pasión, su compromiso. Sumemerhill fue y
seguirá siendo durante mucho tiempo un lugar mítico donde un día nació un mundo
de amor y armonía.
Conclusión:
Quiso
trascender lo que él vivió, o al menos quería que sus alumnos fueran capaces de
tomar decisiones propias en beneficio de ellos, sin afectar a los demás, que
fueran personas independientes, capaces de ser autónomos. La libertad dada a
los niños, era para formar personas que quisieran ayudar a los demás, sin ser
egocéntricos y egoístas, eso se notaba en la asamblea que hacían, donde los
niños participaban y su palabra tenía el mismo peso que el de los adultos. Summerhill no era la mejor escuela del mundo
por lo intelectual, creo que más bien ahí se les prestaba la atención a los
niños para que pudieran decir lo que pensaban o como se sentían de este modo
satisfacían sus necesidades; de ahí aparecía lo que era el interés del niño por
aprender y es donde el docente o educador, debe buscar dónde reside ese interés
y ayudar al niño a encaminarlo al bien. A mi punto de vista, la manera en que
esta persona pretendía que los niños fueran educador era buena, ya que buscaba
que el niño estuviera bien consigo mismo y así despertar su interés por
aprender y más que nada tener actitud para ser capaz de afrontar la vida
teniendo autonomía.
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