“Capítulo 4: La disciplina de la
libertad”
Guillermo
Cabanellas define a la libertad en una forma genérica como: "Facultad
natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar,
por lo cual es responsable de sus actos", sin embargo este mismo autor
asigna, en el campo jurídico, la siguiente sentencia: "Entendida la
libertad como autonomía individual, absoluta en el pensamiento, y mayor o menor
según las relaciones surgidas de la convivencia social, ha movido a
definiciones de juristas y legisladores. Envuelta en la anonimia[1],
pero aureolada[2] por
notable perspicacia[3]
jurídica, los romanos decían: "Libertas est potestas faciendi id quod Jure
licet" (La libertad es la facultad de hacer lo que el derecho
permite)".
Según
el Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Española: "la libertad
es la facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su
inteligencia y antojo; es el estado o condición del que no está prisionero o
sujeto a otro; es la falta de coacción[4]
y subordinación; es la facultad que se disfruta en las naciones bien
gobernadas, de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas
costumbres". En fin, de libertad encontraremos infinidades de acepciones y
conceptos; pero para enfocarnos en los aspectos más resaltantes de éste
significado tendríamos que penetrar en los puntos de vista histórico, religioso
y ético.
Desde
un punto de vista ético la libertad humana se puede definir como la
"autodeterminación axiológica." Esto significa que una persona libre
se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues
él mismo la determina en función de los valores que previamente ha asimilado.
Uno
de los aspectos más importantes en la vida de una persona es su proceso de
liberación. La libertad puede aumentar o disminuir a lo largo de la vida. Los
primeros factores que limitan la libertad del hombre son los condicionamientos,
el Súper Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones sofocantes y las ataduras
de una filosofía pesimista.
Para que la libertad axiológica se
pueda dar, debe existir la posibilidad de un conocimiento holístico o intuitivo
de uno o varios valores. Sin este tipo de conocimiento, muy diferente al
conocimiento conceptual, no es posible que se dé la libertad que nos lleva al valor
moral. En otras palabras: para elegir un valor primero hay que conocerlo y
apreciarlo en cuanto a tal.
Es importante mencionar también a la
educación. La educación es un factor también muy importante para conocer la
libertad. Y es que solo a través del aprendizaje propio del individuo es como
este llegara a su independencia ideológica, económica; bajo ciertas
circunstancias; y podrá evitar a los "enemigos de la libertad", que
no son otra cosa que aquellos factores que no hacen posible la libertad.
La educación es correcta, si es una
educación de la libertad de o de la libertad para. Con la expresión
"libertad de" se habla de la liberación de prejuicios, estereotipos,
esquemas mentales de los adultos, que es preciso operar, como terapia, en la
mente del educando y del educador. Un docente no liberado es incapaz de educar
en libertad a sus alumnos. Sólo el profesor "libre de" puede producir
un tipo de educación semejante a la que él ha recibido o se ha auto impuesto. Al
estar "libres de" el educando y el educador están preparados para
auto realizarse como libres para juzgar a los demás entregarse sin prejuicios,
dominar la naturaleza, ejercer el mando y otras funciones necesarias en la vida
personal y social de los individuos.
El objetivo de la educación es crear
personas libres, esto se logra bajo la integración social. Integrar socialmente
a alguien quiere decir aceptarlo en la sociedad como una persona activa,
productiva y capaz de expresar sus propias ideas y conocimientos. La
integración social debe realizarse desde los niños primeramente en la escuela y
otros ámbitos, y debe promoverse también en la adolescencia y adultez.
Ahora bien, educar, ¿Es una
tiranía?, ¿A estudiar, ahora? ¡Con todo lo que tengo que hacer!» ¿Aparente o
real? ¿Es acaso cierto que obligamos a los niños a estudiar por su propio bien,
según la detestable expresión que los años nos hacen llegar a aborrecer porque
suele servir también para legitimar[5]
las peores injerencias[6]
públicas en nuestra vida?, ¿Tenemos derecho a imponerles la disciplina sin la
cual desde luego no aprenderían la mayoría de las cosas que consideramos
imprescindible que lleguen a saber?
En
cierto sentido, la tiranía es real. Hablamos de «tiranía» cuando quien tiene el
poder, fuerza a otros para que hagan o dejen de hacer algo en contra de su
voluntad. Y no cabe duda de que esto es lo que sucede en los primeros años de
cualquier tipo de enseñanza.
Hay que buscar la manera adecuada de
llamar la atención del alumno. Un niño no es obligado a jugar ya que es algo
que le agrada, muchas veces buscamos que aprendan por medio del juego “Más se
consigue con una gota de miel, que con una tonelada de hiel”. Sin embargo, la
mayoría de las cosas que la escuela debe enseñar no pueden aprenderse jugando.
Captar la atención de los
estudiantes en la clase es un desafío grande para los profesores, pero nada que
no se pueda lograr si se usan las técnicas adecuadas. Lo importante antes de
empezar una nueva clase es preguntarse, “¿qué voy a hacer hoy día para cautivar
a mis estudiantes?”. Si bien es frustrante para un profesor dar una clase a
quienes no les prestan atención, es responsabilidad del mismo profesor dar el
primer paso para cautivar sus mentes.
Para transformar el aula hay
distintos dispositivos interactivos, desde las pizarras interactivas, las
tabletas portátiles hasta dispositivos de respuesta o evaluación. Imagínese que
podemos mantener cautivos a todos los alumnos durante la clase y evaluar su
conocimiento en cada momento, ahora es posible utilizando estas nuevas tecnologías.
Abra
su mente, esta nueva tecnología permite hacer en el frente de la clase todo lo
que nos permite la computadora como navegar por Internet, editar planillas de
cálculo, textos dibujos, imágenes y además viene con un software que me permite
usar el lápiz como una tiza electrónica con funciones desde las más básicas de
dibujo hasta la utilización de librerías de simulaciones físicas, químicas o
matemáticas de aplicación en varias materias.
Otra
de las pautas para ganarse a los alumnos es llegar al aula con la clase muy
bien preparada. “La falta de preparación de la clase produce en el profesor
mucho cansancio. La clase bien preparada, como suele preparase una conferencia,
origina en el profesor un dinamismo interno que, incontestablemente, se trasmite
a los oyentes”, comenta Santiago Petschen.
Por
otro lado se dice que la pedagogía tiene mucho más de arte que de ciencia. La
educación se podría concebir, en este sentido, como la combinación del arte de
enseñar con la ciencia de aprender.
Los
esfuerzos de las instituciones se han concentrado principalmente en la
enseñanza y se ha descuidado la investigación básica de los procesos del
aprendizaje humano. Lo que nos falta es una ciencia de aprender, lo que debemos
corregir es el arte de enseñar. Cuando decimos que los docentes del futuro
deberán estar formados en la ciencia de aprender afirmamos también que lo
deberán estar en el arte de enseñar. Y de enseñar con las nuevas tecnologías,
lo que no es fácil.
El
profesor no solo, ni quizá principalmente, enseña con sus meros conocimientos
científicos, sino con el arte persuasivo de ascendiente sobre quienes: debe ser
capaz de seducir sin hipnotizar.
Uno
de los atributos fundamentales que debe poseer una persona que pretenda
dedicarse a la docencia, es el de una profunda e impecable consciencia de lo
humano, ya que en los tiempos actuales, una de las grandes carencias en nuestro
mundo es la de humanidad, de ahí que los maestros debieran ser los más humanos,
y así a partir de establecer un esquema de relación con estas características,
es posible que influyan de manera profunda en sus estudiantes.
Bibliografía
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Docente: Responsabilidad, ética y social. Recuperado el 29 de 01 de 2014,
de http://www.infored.com.mx/a/-ser-docente---responsabilidad-etica-y-social.html.
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Darquea, B. (s.f.). 2011.
Recuperado el 29 de 01 de 2014, de http://www.eruditos.net/newsite/index.php?option=com_content&view=article&id=1638:atencion&catid=44:ayuda-profesores&Itemid=41.
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valor de educar. Mexico: Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de
América.
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Zapata, S. (2003). La
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